La opinión de nuestro grupo se acerca más al pensamiento de Wadsworth. Pensamos que los niños no tienen que nacer para ser cerebritos, adelantar su crecimiento cerebral no es la solución para que estos niños se conviertan en intelectuales.
Acelerar el desarrollo no es eficaz puesto que en cada etapa se viven unos cambios esenciales los cuales son muy importantes y lo que prima es su total desarrollo, sacando el máximo partido a todos los aspectos que tengan lugar ya que si hiciésemos lo contrario se produciría un fracaso, un fallo en el mecanismo por lo que la consecuencia tendría un gran índole puesto que las próximas etapas no se desarrollarían de forma correcta.
Pero si hablamos de aprendizaje cotidiano, a lo mejor Siegfried y Therese podrían tener razón. Pensamos que la edad no es el mayor factor a tener en cuenta por lo que un niño de dos añitos podrá saber recoger su desayuno al igual que uno de cinco. Aquí la presencia de los padres es la que influye siendo ellos los que decidan como enseñar a sus hijos, a que edad, de que forma...También es importante la capacidad de comprensión del niño ya que lo entenderá antes o después según como la capacidad esté desarrollada, aquí la motivación juega un papel importante, premiando al niño con piropos será todo más fluido fácil para él y para nosotros.
Buena reflexión, pero tened en cuenta que hay situaciones donde el ambiente nos fuerza a aprender cosas que en otros contextos aprenderíamos muchos años después. Es el caso de los niños que desde muy pequeños tienen que vender en la calle, como veíamos en clase. Aprenden a manejar las monedas mucho antes que otros niños.
ResponderEliminarUn saludo,
Ana Belén